ATAQUE DE PÁNICO versus TRASTORNO DE PÁNICO

– Ataque de pánico

Un ataque de pánico (crisis de angustia o crisis de ansiedad) consiste en un episodio aislado, en el que se presentan sensaciones físicas desagradables que resultan alarmantes y cuya causa no se entiende.

ataque de pánico

¿Qué entendemos por ataque de pánico

La persona siente miedo o malestar intenso y no encuentra explicación aceptable ni aparente para esos síntomas que percibe como raros y desconocidos y que surgen de forma “inesperada».


Los síntomas pueden ser cualquier combinación de los siguientes:

  1. palpitaciones o elevación de la frecuencia cardíaca
  2. sudoración
  3. temblores o sacudidas
  4. sensación de ahogo o falta de aliento
  5. sensación de atragantarse
  6. opresión o malestar torácico
  7. náuseas o molestias abdominales
  8. inestabilidad, mareo o desmayo
  9. desrealización o despersonalización
  10. miedo a perder el control o volverse loco
  11. miedo a morir
  12. parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo)
  13. escalofríos o sofocaciones.

– Ataque versus Trastorno de pánico

Para hablar de TRASTORNO de Pánico se deben suceder ATAQUES de pánico imprevistos y recurrentes (más de una crisis de pánico inesperada y sin desencadenante claro). Además, algunos de esos ataques de pánico se han visto seguidos de:

  • Inquietud o preocupaciones continua acerca de otros ataques de pánico o de sus consecuencias.
  • Un cambio significativo de mala adaptación en el comportamiento relacionado con los ataques (p. ej., comportamientos destinados a evitar los ataques de pánico).

Ataques de panico

Los ATAQUES de pánico que se consideran como síntomas de otros trastornos de ansiedad (ansiedad social, situaciones fóbicas, agorafobia…) son del tipo “esperado” y por lo tanto no se diagnosticarían como TRASTORNO de pánico. Asimismo, los ataques de pánico pueden aparecer en el contexto de cualquier otro trastorno (trastornos de ansiedad, trastornos de la alimentación, trastornos depresivos, trastornos obsesivo-compulsivos, trastornos de personalidad y otros).

El ATAQUE de pánico se distingue de la ansiedad constante por el tiempo que transcurre hasta el máximo de su intensidad, que se produce en cuestión de minutos, por su naturaleza discreta (no continua) y por su mayor intensidad.

Para diagnosticar un TRASTORNO de pánico deben cumplir ciertos criterios y debe diferenciarse de otros trastornos mentales u orgánicos que también se producen con ataques de pánico.

Este tipo de trastorno es más habitual en mujeres que en hombres. El curso normal, si el trastorno no se trata, es crónico, con oscilaciones. Los factores de riesgo y pronóstico son temperamentales, ambientales y genéticos /fisiológicos.

Raramente los trastornos de pánico se dan de forma aislada, su prevalencia es elevada en personas con otros trastornos o psicopatología: agorafobia, depresión mayor, trastorno bipolar, trastorno de consumo moderado de alcohol o por consumo de sustancias. Así mismo, suele darse comorbilidad (se da al mismo tiempo) con numerosos síntomas y problemas médicos generales: mareos, arritmias cardiacas, hipertiroidismo, asma, EPOC, síndrome de intestino irritable, etc.

El trastorno de pánico es tratable y, si se trata adecuadamente, puede superarse y prevenirse. En este sentido la terapia cognitiva conductual está ampliamente respaldada por la investigación y se muestra como un tratamiento eficaz.

INTERVENCIÓN Y TRATAMIENTO DEL PÁNICO

A nivel general, la intervención terapéutica psicológica se resumiría en las siguientes fases e intervenciones:

  • Lo primero, obviamente, sería tener información y comprender la ansiedad y el proceso del pánico, qué son las crisis de angustia, su función, cómo se produce la activación psicológica y fisiológica, conocer la espiral de la ansiedad y el círculo vicioso que influye en el mantenimiento del pánico, mecanismos fóbicos y condicionamiento, qué es «el miedo al miedo» y entender la importancia de los pensamientos y la conducta.
  • En segundo lugar, se tratarían estrategias para manejar el pánico, detectar y manejar pensamientos catastrofistas, realizar experimentos conductuales, aprender técnicas para el control y reducción de la ansiedad, etc.
  • Posteriormente, manejar la agorafobia y las conductas evitativas o de búsqueda de seguridad mediante técnicas de exposición y afrontamiento.
  • Por último, la terapia se centraría en la prevención de recaídas.

– Estrategias para crisis en ataques de pánico

Las crisis de pánico aisladas y puntuales son bastante frecuentes en la población general y aún más en personas que acuden a terapia psicológica. Es importante recordar que las crisis de ansiedad o ataques de pánico aparecen bruscamente y alcanzan su máxima intensidad en los primeros diez minutos.

control del ataque de pánico

Recomendaciones de aplicación inmediata (intervención en crisis) para ataques de pánico puntuales.

1) Para manejar la HIPERVENTILACIÓN.

  • Respiración diafragmática o abdominal: Inspirar con tranquilidad  por la nariz, intentando llevar el aire hasta la parte baja de los pulmones durante varios segundos, y luego expirar lentamente por la boca.
  • Taparse la boca y una fosa nasal respirando simplemente por la que queda destapada.
  • Respirar durante unos minutos colocando una bolsa de papel sobre boca y nariz. De esta forma se aumentará la cantidad CO2 en el organismo y así disminuirán los síntomas provocados por este desequilibrio entre oxígeno y anhídrido carbónico (hormigueo, rampas, mareos, tensión o debilidad muscular, dificultades de visión, palpitaciones, temblores).

2) Para manejar la FOCALIZACIÓN EN LOS SÍNTOMAS.

  • Distracción. Centrar la atención en algo externo: mira a tu alrededor, escucha, fíjate en algo, canta mentalmente, cuenta hacia atrás, suma números de las matrículas de coches, concéntrate en tu respiración cada vez más lenta, cuenta y visualiza al respirar, habla con alguien, utiliza el móvil…

3) Para manejar EL MIEDO.

  • Modificar los pensamientos negativos, inútiles y catastrofistas. En la crisis puedes utilizar auto verbalizaciones y auto instrucciones realistas. Por ejemplo, decirse a sí mismo: «es sólo ansiedad, pronto pasará, respira, relaja los músculos, es una crisis, pronto pasará, no vas a morirte por la ansiedad, no vas a volverte loco, no es un infarto, es un ataque de pánico»… También puedes ayudarte con tarjetas, notas o con audios pre-grabados con auto instrucciones que te ayuden en el momento de crisis.
Psicoterapia y atención psicológica del pánico
Si los problemas de ansiedad son frecuentes, intensos y persistentes en el tiempo, te crean limitaciones en tu vida o padeces un alto nivel de sufrimiento, es recomendable consultar con un/a profesional en Psicología.

Referencias:

-Amodeo, S. (2017). Trastorno de pánico y su tratamiento psicológico. Revisión y actualización. Revista Katharsis, (23).

-Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) (Quinta edición). Madrid: Editorial Médica Panamericana.

-Roca, E. (2015). Cómo superar el pánico (con o sin agorafobia). Valencia: ACDE Psicología.

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Laura Asensi ~ Psicóloga Clínica y Forense