Laura Asensi
(De «mi otro blog«)
La terapia cognitivo conductual ayuda a cambiar la forma de cómo se piensa (factor cognitivo) y cómo se actúa (factor conductual) y estos cambios pueden ayudar a modificar las emociones y a sentirse mejor. Se centra en problemas y dificultades del «aquí y ahora».
En Infocop (2012) se afirma que la terapia psicológica y, específicamente, la terapia cognitivo-conductual (TCC), ha demostrado ser una alternativa eficaz para el tratamiento de la ansiedad y de la depresión, no supone ningún riesgo para la salud y no presenta ningún efecto secundario adverso. Se ha demostrado que es útil para tratar problemas de Ansiedad, Depresión, Pánico, Agorafobia y otras fobias, Fobia social, Trastorno obsesivo compulsivo, Trastorno de estrés postraumático, problemas interpersonales, etc.
Además de reducir los síntomas de ansiedad y depresión y mantener estos cambios terapéuticos a largo plazo, el tratamiento psicológico proporciona otros beneficios, tales como una mayor adherencia al tratamiento, una disminución significativa del riesgo de recaídas y una elevada tasa de recuperación, evitando la cronificación, tendencia que suele producirse en el TOC, en ocasiones por desesperación, frustración y falta de motivación (recomiendo leer «Cómo curar el TOC – Superar el Trastorno Obsesivo Compulsivo)
Así mismo, combinar distintas técnicas cognitivo-conductuales, tales como la activación conductual, el entrenamiento en toma de decisiones, el entrenamiento en habilidades sociales, la reestructuración cognitiva, técnicas de manejo de la ira resulta eficaz en el control de la sintomatología ansioso-depresiva, ansiedad generalizada y estados depresivos.
La activación conductual (AC) forma parte del programa de tratamiento de las terapias cognitivo-conductuales y puede aplicarse a muchos tipos de problemas. Las técnicas de activación conductual planteadas para la mejora de la depresión han acabado por conformar una terapia por propio derecho (Barraca, 2017).
La AC es beneficiosa para la salud de todas las personas y puede abordar diferentes patologías. Se destaca la importancia de la conducta y como a través del control y manejo de ésta se puede incidir en la psicología de la persona.
Javier Tirapu, neuropsicólogo clínico, afirma que la terapia cognitiva es eficaz si su objetivo es traducido por el paciente en conductas motoras porque las conductas motoras son el motor del cambio de las conexiones neuronales. Asimismo destaca a Kandel, cuya cuarta asunción básica era: “la terapia es eficaz si produce cambios en la conducta que, a su vez, produce cambios en actividad neural”
Los principios fundamentales de la AC (Martell, Dimidjian y Herman-Dunnque, 2014) son:
- Principio 1. La clave para cambiar como se sienten las personas consiste en ayudarles a cambiar lo que hacen.
- Principio 2. Los cambios en la vida pueden llevar a la depresión, y las estrategias de adaptación a corto plazo pueden bloquear con el tiempo a las personas.
- Principio 3. Las pistas para entender lo que será antidepresivo para un cliente concreto. residen en lo que precede y lo que sigue a las conductas importantes del cliente.
- Principio 4. Estructurar y programar actividades que siguen un plan, no un estado anímico.
- Principio 5. El cambio será más fácil cuando se comienza por algo pequeño.
- Principio 6. Hacer hincapié en actividades que sean reforzadas por naturaleza.
- Principio 7. Actuar como un entrenador.
- Principio 8. Insistir en un enfoque empírico de resolución de problemas y reconocer que todos los resultados son útiles.
- Principio 9. ¡No lo digas, hazlo!
- Principio 10. Detectar barreras posibles y reales para la activación.
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